Daniel solía trabajar en marketing internacional, pero rápidamente se dio cuenta de que tenía talento y pasión por la traducción. "Algunas personas piensan que la traducción consiste solo en traducir palabras, pero es mucho más que eso", explica. "Por ejemplo, es muy fácil ver los fracasos de marketing que han tenido las empresas cuando invierten millones de dólares en una campaña increíble y luego la traducen a través de un sistema automatizado o contratan un servicio barato y no especializado".
Daniel y su esposa tienen unos vecinos curiosos...
Y si te aventuras a solo media hora de su pueblo, es posible que incluso te encuentres con uno o dos castillos.
A su perro Bowie le encanta el hecho de que sus dos humanos trabajen de forma remota y disfruten explorando las áreas locales...
Naturalmente, Bowie es bilingüe.
Si bien el camino a la cabaña de Daniel está pavimentado, si nieva en invierno, a veces su automóvil no llega hasta su casa.
Aún así, con vistas como esta desde su patio delantero, es una buena compensación.
"Sin esta tecnología, pasaría mucho más tiempo haciendo preguntas y buscando cosas que traduciendo", añade Daniel. "Después de hablar con traductores que han estado haciendo esto durante más de cuarenta años, la diferencia con la traducción moderna es asombrosa. Antes tenían que recibir documentos por correo, traducirlos a una máquina de escribir y luego enviarlos de vuelta por correo, por lo que este es un cambio masivo".
La casa de Daniel, de 120 años de antigüedad, ha sido objeto de algunas renovaciones menores, pero aún mantiene gran parte de su encanto del siglo XIX.