Oana está aprendiendo español en este momento, y en lugar de usar un libro o un curso, planea pasar más tiempo en España y sumergirse en la cultura.
"Algunas personas describen la traducción como la imagen que se obtiene cuando se pone el texto original frente a un espejo", añade Oana. A veces me gusta imaginarlo como el eco de tu voz en un hermoso valle en las montañas".
"Una de las mejores cosas de los idiomas y la traducción es ver, percibir y entender el mundo a través de los ojos de otras naciones", dice Oana.
"Los traductores no son diccionarios, y hablar dos o más idiomas con fluidez no necesariamente te califica para la traducción. Es mucho trabajo duro, habilidades, algo de talento y, sin duda, pasión".
Mientras caminaba por Ise, Ena seguía vagando hacia las flores, claramente cautivada por los colores y las formas. —No toques, Ena —advirtió Nao con amabilidad—. "Es importante respetar la naturaleza y asegurarse de que los demás también puedan disfrutarla".
"Enciendo mi computadora portátil, preparo café, enciendo la chimenea y hago todo lo posible para no perderme el amanecer", dice sobre su rutina cuando está en casa.
Oana es traductora desde hace 20 años y, para ella, el idioma no es solo un trabajo. Es una pasión.