La traducción exige una comprensión profunda tanto de la gramática como de la cultura. Los traductores deben conocer las reglas de un idioma, así como los hábitos de las personas que lo hablan.

E incluso para los profesionales más experimentados, la confusión y la frustración son sentimientos familiares.

Algunos de los desafíos más comunes de la traducción incluyen:

Estructura del lenguaje

Cada idioma se encuentra dentro de una estructura definida con sus propias reglas acordadas. La complejidad y singularidad de este marco se correlaciona directamente con la dificultad de la traducción.

Una oración simple en inglés tiene un sujeto, un verbo y un objeto, en ese orden. Por ejemplo, “ella come pizza”. Pero no todas las lenguas comparten esta estructura. El farsi generalmente sigue una secuencia de sujeto, luego objeto y luego verbo. Y en árabe, los pronombres de sujeto se convierten en parte del verbo mismo.

Como resultado, los traductores con frecuencia tienen que agregar, eliminar y reorganizar las palabras de origen para comunicarse eficazmente en el idioma de destino.

Modismos y expresiones

Las expresiones idiomáticas explican algo a través de ejemplos únicos o figuras retóricas. Y lo más importante, el significado de estas frases peculiares no puede predecirse por las definiciones literales de las palabras que contiene.

Muchos profesionales lingüísticos insisten en que los modismos son los elementos más difíciles de traducir. De hecho, los modismos se citan rutinariamente como un problema que los motores de traducción automática nunca resolverán por completo.

Lo ideal sería que los editores intentaran limitar la cantidad de expresiones idiomáticas contenidas en el contenido que desean traducir. Pero si insisten en mantener estas frases potencialmente confusas, la familiaridad cultural debe ser una prioridad en la contratación del traductor.

Palabras compuestas

Las palabras compuestas se forman combinando dos o más palabras, pero el significado general de la palabra compuesta puede no reflejar el significado de las palabras que las componen. Por lo general, es mejor pensar en ellos en términos de tres grupos separados.

El primer grupo de palabras compuestas significa exactamente lo que dicen. “Aeropuerto”, “cruce de peatones” y “orilla del mar” son ejemplos conocidos.

El segundo grupo de palabras compuestas significa solo la mitad de lo que dicen, al menos en un sentido literal. Si bien un "ratón de biblioteca" puede disfrutar hurgando en una buena historia, estos ávidos lectores no se convierten repentinamente en una especie de invertebrado en el proceso.

El tercer grupo de palabras compuestas tiene significados que no tienen nada que ver con los significados de las palabras individuales involucradas. Por ejemplo, el "deadline" en inglés se refiere al tiempo final aceptable para recibir o entregar algo. No tiene nada que ver con la muerte o con una línea. Y una “mariposa” no es ni una mosca ni mantequilla.

Nombres faltantes

Es posible que un idioma no tenga una correspondencia exacta con una determinada acción u objeto que exista en otro idioma.

En inglés americano, por ejemplo, algunos propietarios tienen lo que describen como una “habitación de invitados”. Es simplemente un espacio donde sus invitados pueden dormir por la noche.

Este concepto es común también en otros idiomas, aunque a menudo se expresa de forma muy diferente. Los griegos lo describen con la palabra "ksnona", mientras que sus vecinos italianos emplean una frase de tres palabras "camera per gliospiti" en su lugar.

Verbos de dos palabras

A veces, un verbo y una preposición adquieren un significado específico y separado cuando se usan juntos. Los verbos de dos palabras son comunes en el inglés informal. “Mirar hacia arriba”, “cerrar”, “llenar”, “cállate”, “traer a colación”, “romper” y “entrar” son ejemplos cotidianos.

En muchos casos, sin embargo, no es necesario ni apropiado traducir la preposición por separado.

Múltiples significados

La misma palabra puede significar varias cosas dependiendo de dónde se coloque y cómo se use en una oración. Este fenómeno normalmente sigue uno de dos patrones.

Hay homónimos (p.ej. Escama el pescado antes de pesarlo en la báscula), que se ven y suenan igual pero se definen de manera diferente.

Y luego están los heterónimos (es decir, Conducía por una carretera ventosa en un día ventoso), que parecen iguales pero se definen y pronuncian de forma diferente.

Sarcasmo

El sarcasmo es un estilo de expresión agudo, amargo o cortante que generalmente significa lo opuesto a su frase literal. El sarcasmo a menudo pierde su significado cuando se traduce palabra por palabra a otro idioma y a menudo puede causar desafortunados malentendidos.

Lo ideal sería que un editor eliminara el sarcasmo del texto original antes de la traducción.

Pero en los casos en que ese estilo es fundamental para los requisitos de contenido, el editor debe subrayar explícitamente los pasajes sarcásticos. De esa manera, los traductores tendrán la oportunidad de evitar malentendidos literales y sugerir un modismo local que pueda funcionar mejor en el idioma de destino.

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